Un día nos desayunamos con la noticia de que en la
Municipalidad se estaban inscribiendo a jóvenes que quisieran terminar sus
estudios primarios y/o secundarios, oportunamente abandonados, para lo cual se
les pagaría.
Por resolución 493/08 el Ministerios de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social creó el programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo con
el objeto de “generar oportunidades de inclusión social y laboral de los
jóvenes a través de acciones integradas que les permitan identificar el perfil
profesional en el cual deseen desempeñarse, finalizar su escolaridad
obligatoria, realizar experiencias de formación y/o de prácticas
calificantes en ambientes de trabajo, iniciar una actividad productiva de
manera independiente o insertarse en un empleo”.
Este
Ministerio de la Nación Argentina presentó para el Presupuesto 2013 distintos
programas siendo uno de ellos el de Acciones de Capacitación Laboral (debe
coordinar actividades con el de Jóvenes con Más Y Mejor Trabajo) uno de cuyos objetivos lo paso a describir
textualmente “Incrementar el número de
participantes del Seguro de Capacitación y empleo en acciones de terminalidad
educativa , para mejorar sus posibilidades de ingreso al mercado de
trabajo, al contar con la certificación de haber cumplimentado niveles
educativos básicos”.
Ahora veamos cuales son las metas del gobierno
nacional; se piensa asistir a 1.800.000 jóvenes desocupados, se apoyará técnica
y financieramente a 175 municipios (en la Argentina hay 2.200 municipalidades) y
se beneficiarán a 130.000 jóvenes. Para poder convertir en realidad este
ambicioso proyecto se destinaran $ 1.128.370.442,00. Un paréntesis sobre el
tema educativo y laboral para hacer mención a un desatino del ministerio
actuante: la cantidad total de desocupados que hay en el país son, según el infalible INDEC, 1.209.000
argentinos, número muy por debajo de los que piensa ayudar el organismo
laboral.
Como el gobierno nacional optó por dejar de
publicitar cual es el destino geográfico que le da a los fondos públicos
resulta casi imposible conocer a quienes fueron destinados los 898 millones de
pesos pagados por el programa en el año 2012. Que interesante sería conocer a
donde fueron a parar los casi mil millones de pesos y con qué criterio,
posiblemente arbitrario, se repartió semejante cantidad de dinero.
Después de dos años y cuatro meses que se realizó
el CENSO NACIONAL 2010 los datos van apareciendo muy perezosamente, en estos
días van viendo la luz algunos correspondientes a los niveles departamentales
de lo que se deduce que todavía estamos lejos de contar con información de las
ciudades y localidades. Así es que los últimos datos oficiales de conglomerados
urbanos y rurales datan del trabajo censal que realizó la Provincia de Córdoba
en el año 2008. No obstante con algunas proyecciones de los resultados
provinciales del último censo nacional los porcentajes que se transcriben
resultarían acertados.
En Noetinger, localidad del sudeste cordobés, considerando
la población de más de tres años cumplidos, un 20,71% de nuestros vecinos
tienen sus estudios primarios incompletos y el 17,82% no completó el nivel
secundario. Por lo tanto 1.835 habitantes, de los 4.763 registrados con el
condicionante expresado, al momento de emitirse estos datos oficiales no habían
logrado completar su instrucción.
En el espacio de los 20 a 24 años se encuentran
listados 320 jóvenes de los cuales un 32% no pueden mostrar ningún certificado
de graduación escolar. Como el programa gubernamental que se analiza está
dirigido a jóvenes de 18 a 24 años resulta imposible hacer una estimación
precisa considerando que estos trabajos estadísticos se hacen por franjas
quinquenales, por lo que a los 106 jóvenes del espacio ya analizado faltaría
sumarle los chicos y chicas de 18 y 19 años que han abandonado sus compromisos
escolares.
Siempre en la franja de 20-24 años queda
demostrado que solo doce personas se encuentran desocupados lo que significa un
3,75% del total del quinquenio, lo que está mostrando un índice de desocupación
equivalente a la mitad del indicado a nivel nacional.
Del decreto fundador y de las metas establecidas
en la Ley del Presupuesto Nacional del año 2013 no surgen las exigencias
académicas que se les impondrán a los jóvenes beneficiarios pero el sentido
común indica que estamos ante una peligrosa incentivación a la deserción
escolar temprana ante la posibilidad de que en poco tiempo, con menor esfuerzo
y con una remuneración se puedan “terminar los estudios”.
Más allá de alguna cuestión etimológica con la
cual se quiera justificar este tipo de programas, más a medida de adultos, hay demasiados
jóvenes sin culminar sus estudios medios que son recibidos por un mercado
laboral siempre inestable por lo que sería conveniente, en homenaje a los cien
años cumplidos por nuestra población, que se convoque desde los liderazgos
locales a un debate a todos los sectores comprometidos con la problemática
educativa cuyo resultado nos asegure a la ciudadanía que la juventud es mucho
más que un apetitoso manjar electoral.
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