Publicado en Noetinger Hoy en su edición N° 695
El caballo del comisario
Por
Luis A. Sigifredo
El último domingo 25 de junio se
celebraron las elecciones en la provincia de Córdoba para elegir gobernador,
todas las autoridades parlamentarias, y nuestro intendente municipal para el
próximo período comprendido ente 2023-2027. Para la oportunidad estaban
habilitados para elegir 4.633 vecinos de Noetinger de los cuales 3.454
ejercieron el derecho de resolver quienes serán las futuras autoridades
provinciales y locales.
En estas elecciones provinciales la
emisión del voto se realizó mediante el uso de la BUS (Boleta Única de
Sufragio) introduciéndose la novedad del uso del TURING un lector de datos de las planillas del
escrutinio preparadas por las autoridades de mesa para de esta manera evitar el
tradicional centro de cómputos acelerando el proceso de información y dando
transparencia al proceso pero todo falló y lo que era una novedad se convirtió
en un fiasco que recién a las seis de la mañana del día lunes llevaba
escrutadas el 95% de las mesas sin poder decirnos quien será nuestro futuro
gobernador.
Todo lo expresado forman el contexto de
estas elecciones cordobesas sin que hasta el momento se tengan resultados
confiables llegando al extremo de que las autoridades judiciales desenchufaron
la página donde se leían los datos provisorios para iniciar un recuento de
todos los votos emitidos en más de nueve mil mesas intentando dotar de claridad
a un proceso que ya se ganó el título de papelón. Todo está en observación y
nada está dotado de la calidad de sentencia inapelable por lo menos al momento
de escribir esta columna.
Desde hace cuarenta años sostengo que
los candidatos que al momento de postularse se vienen desempeñando como
titulares de los departamentos ejecutivos, en cualquier nivel del estado,
corren con ventajas considerables al momento de contar los sufragios producto
de una andanada de inauguraciones, recursos humanos y económicos y pautas
publicitarias. A pesar de que en la Argentina vienen soplando aires de cambio
en toda la provincia de Córdoba pareciera que los candidatos oficialistas
siguen montando el caballo del comisario.
Siempre
dentro de este marco todo indica que nuestro futuro gobernador será el actual
intendente de la ciudad de Córdoba confirmando el resultado que vaticinaban la
lluvia de encuestas, aunque como casi siempre no acertaron las diferencias
entre las ofertas políticas que estarían siendo desmentidas por las urnas hasta
ahora cuestionadas.
No obstante la novedad seria la paridad
que se está dando en el escrutinio de la categoría legisladores distrito único
donde la oposición tendría una ventaja de 0,5% y en el de legisladores
departamentales en los que se estaría dando un empate en trece jurisdicciones
para cada fuerza además, Juntos por el Cambio alcanzaría la mayoría en el
tribunal de cuentas todo lo cual seguramente va a terminar en una paridad
parlamentaria novedosa cuyas consecuencias serían que el peronismo después de estar
disfrutando de una mayoría aplastante se vería obligado a debatir todos los
asuntos que llegan presurosos del Panal y resignarse a soportar controles que ahora
no son moneda corriente.
En nuestra localidad donde las cuentas
están mucho más claras y no habría que esperar muchas novedades ya que en el
recuento se estaría consagrando el actual intendente Marcelo Bjorklund por una
diferencia de 4 puntos y centésimas que sorprendió a muchos un poco por el
micro clima triunfal creado por los candidatos de Hacemos Unidos por Córdoba
basados en pronticos halagüeños de mediciones fallidas y otro poco por la
teoría popular de la ventaja que gozan los gobernantes-candidatos, lo cierto es
que el resultado terminó desvalorizando el triunfo oficialista y encumbrando a
la candidata opositora convirtiéndola en una referente política a considerar en
el futuro de persistir en la lucha emprendida.
Como es habitual en toda elección de
autoridades locales se observó una tendencia generalizada a interpretar la
voluntad del elector que estaría modificando resultados inmodificables
relegando la interpretación de los 576 votos, un largo 17%, de ciudadanos que votaron en blanco o
anularon su papeleta lo que en un sistema electoral que eligiera sus siete
concejales en forma totalmente proporcional, y no con este invento cordobés de
garantizarle a la primera minoría cuatro ediles, les correspondería una silla en
el concejo que asumirá el 10 de diciembre, así de significativa es la importancia
de estos ciudadanos que concurriendo a votar hacen elección de una alternativa
válida transmitiendo su inconformismo.
Finalmente habría que festejar que Noetinger
haya recuperado la alternativa de elegir sus autoridades políticas por el voto
de sus vecinos-ciudadanos evitando el sistema de boleta única que le restó
volumen político a la actual gestión municipal al surgir de negociaciones entre
algunos dirigentes privilegiados que escudándose en el obvio espíritu de
trabajar por nuestro terruño resignaron la función indelegable del control
democrático.
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