UN CONFLICTO CON SOLUCION Estoy próximo a cumplir treinta años conviviendo con esta sociedad y nunca hasta ahora, salvo por algún feriado mal coordinado, he visto las bolsas de basura en sus lugares habituales por tres días y reconozcamos que no estamos habituados a ver este paisaje. Últimamente el gremio de lo empleados municipales nos han acostumbrado al bullicio de los petardos en reclamo de mejores salarios carcomidos por ese flagelo que no quisiéramos volver a padecer: la inflación. Pero esta vez, no es por plata, reclaman por el derecho de encontrarse amparados por un estatuto el que determina derechos y deberes, el que puede ser opinable en su contenido, pero nunca prolongar su tratamiento en forma indefinida. Dado mi histórico compromiso con la cosa pública siento la obligación de hacerles conocer porque creo que el empleado municipal se encuentra desbordado en su paciencia. En mi primera actuación como concejal, período 1987-1991, el estatuto del empleado municipal ya fue moti...
por Luis A. Sigifredo